El "háblame que te voy a responder en 5hrs". No porque esté ocupado sino porque no quiero mostrar mi interés.
Está de moda el complicarse la vida diciendo una y otra vez que "no estás buscando nada serio".
Está de moda el callarse y no decir "cómo me gustas".
Está de moda alejarse de una persona cuando te encanta, aunque te puede aportar sensaciones nuevas y puede que sea incluso la persona que buscabas, pero eres tan sumamente egoísta y cobarde, que no te quedas a averiguarlo.
Está de moda tener miedo a sentir.
Está de moda el no querer porque te rompieron el corazón y no darte la oportunidad de encontrar a ese otro que si puede hacerte feliz.
Está de moda huir, está de moda mirar los ojos de una persona a través de una pantalla pero no mirarla en el propio brillo de la vida.
Está de moda las relaciones pasajeras, las compartidas, está de moda no comprometerse, está de moda estar solo aunque al llegar a casa les duelan los huesos al acostarse junto a un lugar vacío.
Está de moda el placer, nada más que ello, está de moda no perder el tiempo en conocer un poco más los misterios del otro, ya no se quiere besar a la misma persona, está de moda acariciar de manera superficial por una noche, por unos minutos.
Está de moda la individualidad, está de moda no formar una familia, está de moda jugar en un teléfono y no salir a ver el sol.
Está de moda concluir todo a la primera dificultad, está de moda no saber luchar, está de moda no poder abrazar o lo peor... no querer abrazar.
El querer asusta, el amar no existe, ya no miramos y ya no sentimos.
Llevo un par de semanas pensando en escribir esta entrada, pero, no sabía cómo abordarla.
Podríamos resumirlo como "No one understood, but somehow we're alive".
Y sabes que estás vivo porque te sientes vivo. No por el hecho de respirar o despertarte por la mañana.
Sabes que estás vivo porque sin razón aparente notas tranquilidad en tu interior y se dibuja una estúpida sonrisa en tu cara. Como si estuvieras enamorado, pero... ¿lo estás? Sí, de ti. Pero no de una forma narcisista, sino de una forma sana.
Ya puedes mirarte al espejo sin miedo.
Puedes visitar lugares que han sido manchados y sentir la paz que sentías antes de enseñárselos a nadie.
Puedes escuchar las canciones manchadas sin que te afecten lo más mínimo.
Y te sientes en paz contigo mismo.
Cuando llegas a ese punto, has descubierto que, aunque aún te queda por sanar, ya has sanado una gran parte.
Hablando hace unas semanas con una amiga, me preguntó que cómo me sentía y mi respuesta fue "Tranquilo, sereno, en paz... y con una jodida y estúpida sonrisa en mi cara". Porque sí, tú, mi querida amiga, tú que has estado ahí día tras día, me has ayudado muchísimo y aunque hayan más de 1000Km de distancia, has hecho más que gente que tengo más cercana.
Me has hecho volver a creer en mi mismo.
Y aunque en alguna ocasión te pique, sabes que no lo hago con maldad. TQM "Marquesa"🫂.
Llevo un tiempo desconectado de las redes sociales y no sabéis lo bien que me ha sentado, tanto... que me he puesto a hacer algunas reflexiones y he llegado a la conclusión de:
Lo mejor que se puede hacer es dejar de quejarse: Aprender a renunciar.
Me explico.
Cuando lo perdí todo en mi vida, ahí aprendí a renunciar.
Y cuando aprendí a renunciar... ahí comencé realmente a ganar.
Porque comencé a ganar eso más valioso que quizás todos podemos lograr, eso que llaman sabiduría.
Aprendí que por no haber sabido renunciar, todo renunciaba a mí:
- Quería aceptar todos los retos, y así... no me comprometía a ninguno.
- Quería estar en todos lados, y así... solo logré no estar en ninguno.
- Quería hacer muchas cosas, y así... no me enfocaba en nada.
- Quería tener la razón en todo, y así... no razonaba nada.
- Quería complacer a todos, y así... no hacía feliz a nadie.
Aprendí que no es lo mismo estar al 100% que tratar de estar al 100% en todo.
*ABARCAR
(Tuve un fallo a la hora de interpretar el concepto).
De nada me sirvió tratar de ser un océano, pero de un centímetro de profundidad.
Quería "estar en todas" y no lograba estar en ninguna.
Y todo eso me pasó por no aprender a elegir en qué enfocarme, porque no sabía a qué renunciar.
* RENUNCIAR
(Otro fallo de interpretación).
A veces, nos cuesta elegir (priorizar) y avanzar en algo, lo que realmente nos cuesta es renunciar a otras... y por eso no elegimos.
Y por no saber renunciar a ciertas cosas, en la motivación por avanzar y crecer a otras, nos vemos obligados a elegir mantenernos "enfocados" en todas.
Elegir algo. Avanzar en algo. Enforcarse en algo.
Comprometerse.
Imposibles de lograr si no sabemos renunciar a otros "algo".
Porque nadie puede lograr tocar el cielo sin abandonar la tierra.
Porque nadie puede avanzar a un punto sin alejarse de otro.
En la vida, ser responsables de nuestras emociones y aceptarlas nos libera, nos permite comprender que ellas son útiles, nos permite aprender a saber elegir el camino que tomar para ser felices.
Hoy me propongo quedarme con esto:
- Elegir mejor, es fácil.
- Elegir tener un mejor trabajo, es fácil.
- Elegir tener una mejor actitud, es fácil.
- Elegir terminar algo pendiente, es fácil.
- Elegir cuidar la salud, también es fácil...
Ahora, ¿a qué le temes renunciar para que eso suceda?
Ahí está el desafío.
Desde que yo aprendí a renunciar a ciertas cosas, logré enfocarme mejor en mis objetivos y avanzar mejor. Porque disfrutando el proceso y dejando que los logros sean una consecuencia de él, ahora vivo y progreso más y mejor.
Abandona la queja,
acéptalo,
y decide.
Prioriza, elige y acciona...
... aprendiendo a renunciar.
Así seremos capaces de despejarnos nuestro camino.
Con esto... me dedico a mi mismo estas palabras de reflexión.
Sigue adelante y no cambies por nadie, no pierdas tu esencia, porque nadie cambiará por ti. Felices 35 macho.
Empieza febrero. Empieza una nueva etapa y tú no estás en ella. Este es el último adiós. Esta es la última despedida. Este es el último mensaje que te dedico.
Porque hoy empieza mi nueva etapa. Hoy empieza mi nuevo yo. Hoy, no quiero saber más nada de ti.
Nacido en el seno de una familia acomodada, Thomas Enderson
(Tom) es un chico que está en contra de todo lo que tenga que ver con las
clases sociales. Adora el libre albedrío de las personas y considera que todas,
son iguales. Tras muchas peleas en casa con sus padres por esto mismo, decide
emanciparse con 16 años. Empieza a sobrevivir en la calle, trabajando por 3
duros mal contados en el McDonalds, entrando un poco antes para poder ducharse
en los vestuarios del mismo, comiendo en el propio establecimiento y tras
finalizar su turno, volver a ducharse e irse a dormir en un cercano y conocido
parque. Así aguanta 4 años, hasta conocer al que es el amor de su vida. Ella se
llama Sarah y ayuda a Tom en todo lo que puede.
Tom y Sarah se conocieron en un club punk local antes de que
Tom se uniese al grupo. La conexión entre ellos fue casi instantánea, ya que
compartían la misma pasión por la música rebelde y las causas sociales. Juntos,
asistieron a conciertos, manifestaciones y se convirtieron en una pareja
inseparable que soñaba con cambiar el mundo.
A medida que Tom y Sarah compartían sus vidas, la situación
de Tom empieza a mejorar. Juntos, encontraron pequeños trabajos que les
permitieron alquilar un modesto apartamento y empezar a disfrutar de comidas
más sustanciosas que a las que ya Tom estaba acostumbrado. A pesar de sus
comienzos difíciles, la pareja estaba decidida a construir un futuro juntos.
Tom, con su espíritu rebelde y una afición por la música
punk con letras muy antisistema, se sumergió de lleno en la escena underground.
Formó parte de un grupo llamado “Caos Social”. La banda, compuesta por
individuos igualmente apasionados por la rebeldía y la lucha contra las
injusticias sociales, se convirtió en la plataforma perfecta para expresar las
ideas y valores de Tom.
Durante los bolos, Tom no solo cantaba por la desigualdad y
la opresión, sino que también alentaba a la audiencia a unirse a movimientos
sociales y a desafiar el sistema establecido. Su carisma y su mensaje resonaron
en aquellos que anhelaban un cambio real en el mundo.
Durante uno de los conciertos, Tom fue atacado por un
vampiro del clan Brujah. El nombre del vampiro en cuestión es Logan. El abrazo
cambió por completo sus vidas, pero en vez de alejarse, decidieron enfrentar
juntos los desafíos que se les presentaron. Desde este momento, Tom se vio
enfrentado a una decisión difícil. Aunque su amor por la música punk y la lucha
contra las injusticias seguía siendo fuerte, las nuevas realidades de su
existencia vampírica complicaban su participación en “Caos Social”. Tom sabía
que su naturaleza podía poner en peligro a sus compañeros de banda y a Sarah.
Tras abandonar al grupo, Tom decide también cortar su
relación con Sarah. Esta decisión fue la más dolorosa para él, pues la amaba
con todo su ser. Pero dicha decisión fue guiada por el deseo de protegerla. Tom
comprendía perfectamente las implicaciones de su nueva vida y cómo podría poner
en peligro a Sarah. Temiendo por su seguridad, decidió alejarla de su mundo y
protegerla de los riesgos que conllevaba su condición de vampiro.
La conversación entre Tom y Sarah fue emocionalmente
intensa. Aunque ella resistió y trató de convencerlo de que podían enfrentar
cualquier desafío juntos, Tom insistió en que era lo mejor para ella. Quería
que Sarah pudiera vivir una vida sin las sombras y peligros que acompañaban su
nueva existencia.
A pesar de la separación, Tom y Sarah continuaron luchando
por la justicia, cada uno por su lado. Aunque sus caminos se bifurcaron, el
amor y la conexión entre ellos no se extinguieron. Tom vigilaba discretamente
desde las sombras, asegurándose de que Sarah estuviese a salvo mientras ella
seguía con su activismo.
El sacrificio de Tom por proteger a Sarah se convirtió en un
acto de amor profundo y desinteresado. La historia de Tom y Sarah se convirtió
en una leyenda en la comunidad vampírica y entre los defensores de la justicia,
un recordatorio de que a veces, para proteger a quienes amamos, debemos tomar
decisiones difíciles y sacrificios personales. La sombra de su amor perduró en
la oscuridad, influyendo en los corazones de aquellos que continuaron la lucha
por un mundo más justo.
No suelo escribir muchas reflexiones por aquí, porque normalmente me las suelo guardar bien en mi aforo interno, pero, siento la imperiosa necesidad de publicarlo en algún lado, y twitter se quedaría corto para este fin, a parte de que no conozco otros medios. A parte, este siempre ha sido mi pequeño refugio aunque sea escribiendo y dejando entradas en modo borrador.
Pero esta no. Esta será publicada, porque así lo necesito. Porque creo que es lo mejor, y más tras leer ciertas cosas.
En fin... Comencemos...
Desde que Ella apareció nuevamente en mi vida en octubre de 2023, sentí que todo volvía a tener sentido. Sentí dentro de mi que había algo que me empujaba a dar el paso. Por diferentes motivos, sobre todo laborales, el día elegido para volver a vernos fue el 6 de noviembre. Una fecha que jamás podrá desaparecer de mi mente por varios motivos. Principalmente por lo que pasó. Aunque ahora sean recuerdos que quiera borrar de mi mente porque aunque fueron agradables, la añoranza de los mismos es dolorosa. Por otro lado, al siguiente día, el 7 de noviembre es el aniversario del fallecimiento de mi hermana.
Posteriormente hubo altibajos, lo que mi psicóloga llama refuerzo intermitente. Ahora estamos bien y estamos en la fase luna de miel. Al día siguiente Ella está mal, no quiere hablar, se aleja y son todo discusiones. Y vuelta a empezar. Ahí está el refuerzo intermitente.
Hubo varias señales que me decían "no vuelvas ahí", pero no quise hacerles caso. Ella achaca a que de lo que me enamoré fue de mi propia imagen cuando ella pululaba cerca de mi. Qué poco me conoce si ese es su pensamiento, pero bueno, cada quien es libre de pensar aquello que quiera.
El mismo día de navidad, fue la peor de las discusiones. Ese fue el día en el que yo ya lo daba todo por perdido. Ese fue el día en el que TODO murió dentro de mi, aunque intentaba reanimar algo que ya no tenía vida. Mi ansiedad una vez más salió a la luz. Ese día hice la locura de poner el coche a 210Km/h en una carretera de Gran Canaria. Lo único que buscaba era adrenalina. ¿La encontré? No. ¿Me siento orgulloso de ello? No. ¿Volveré a poner el coche en alguna ocasión a más de 140Km/h? No, ese es mi límite. Un límite autoimpuesto aunque me encante la velocidad.
Posteriormente hubo reconciliación, intenté por mis medios que las cosas fuesen a mejor, pero como he dicho, en mi interior todo ya estaba muerto. Una nueva discusión apareció en fin de año, lo que parecía un adiós definitivo. Pero no fui lo suficientemente fuerte como para mantenerme firme. El día 2, tras ser despedido le mandé un sms en el que reconozco haber sido frío y distante. Tras un diálogo tenso, la cosa mejoró, pero, todo seguía muerto dentro de mi. Aún así seguía luchando por verla feliz. Por verla sonreír. El día 4, el endocrino me da una muy mala noticia. He de reconocer que ella se volcó en mi porque era algo muy serio.
Vino el día 5 por la tarde y se quedó hasta el último ferry del día 6. Fueron buenos momentos compartidos aunque el sitio donde dormimos no era el mejor de todos. Aún así, me esforzaba por darle mi mejor versión. Por verla feliz, por verla sonreír. ESO ERA LO QUE A MI ME LLENABA.
Porque cada vez que la veía sonreír, más me enamoraba de ella...
El día 15, entré en una nueva empresa. Ese mismo día, la necesitaba... Ese mismo día, ella estaba fría y distante. Ese mismo día, le dije que si podía llamarla y me dio una negativa. Le escribí un tocho como mensaje de buenas noches y lo que recibí fue un mensaje frío y distante "Gracias, buenas noches, descansa.". Al día siguiente le escribo entre las 12 y la 1 de la tarde un "te echo de menos"... ¿su respuesta? Silencio. En ese momento para mi estaba ya todo dicho.
Día 17, media hora antes de tener mi sesión con mi psicóloga se digna a escribirme, con en resumen una despedida y que se va a dar una oportunidad con su ex, y que si todo sale bien, el año que viene se casaban. Mi respuesta en resumen, es que habíamos quedado en que no habría drama, que lo que quería es que fuese feliz.
En mi sesión hablamos de la situación y lo que me recomendó mi psicóloga fue que hiciese contacto 0 si quería sanar. Aún así, me lo pasé por el forro de los cojones hasta el día 19.
No recuerdo si fue el 17 o el 18, ella me comenta que había ido al médico por una caída que había tenido. Mi respuesta fue que siguiese las recomendaciones médicas. Según ella me necesitaba. ¿Me lo hizo saber? No ¿Habíamos quedado en decirnos lo que necesitábamos? Sí ¿Por qué no me lo dijo? Solo Ella lo sabrá.
El 19 fue el día final. Ese día me recriminó muchas cosas. Ese día me mandó un audio de 23 minutazos. Ese día le fui a contestar en un correo a cada parte de su audio. Al llegar al minuto 14 me sentía tan saturado que salí a pasear, a despejarme la cabeza. Al llegar a casa decidí borrar el audio del pc, borrar todas sus fotos de mi teléfono y del pc, borrarlo TODO, incluido el mail que le estaba escribiendo.
Dicho mail llevaba mucho veneno, pero, ¿por qué no enviárselo? Por AMOR, por no hacerle más daño. Porque he preferido alejarme y dejarla ser feliz sin mi. ¿Y aún así soy yo el cobarde? Lo dudo. Porque querida mía, cuando me mandaste ese mensaje con lo de la boda, me dolió. Me hizo más daño de lo que nunca nada ni nadie me lo había hecho. Pero lo disfracé con un mensaje cordial porque, cuando uno ama a una persona, quiere que sea feliz ya sea con uno o con una tercera persona. Y lo que más me gusta (ironía) es que lo achaques a egoísmo.
A día de hoy sigo luchando por ser mejor persona, sigo luchando por mostrarle a los demás mi mejor versión, sigo luchando porque fuiste tú quien encendió esa mecha y es una mecha que no se podrá apagar.