- Oye corazón, ¿estás bien?
+ No, mente, no lo estoy... ¿y tú? ¿lo estás?
- No tampoco...
+ Venga, dilo...
- ¿El qué?
+ El "te lo dije" que tanto te gusta soltar en este tipo de situaciones...
- ¿Para qué? Hoy no me apetece decírtelo... hoy quiero que empecemos a sanar.
+ ¿Y cómo lo hacemos?
- Solo el tiempo lo dirá...
+ ¿Y entonces me dirás ese "te lo dije"?
- No. No hay que hacer leña del árbol caído.
+ Gracias, mente...
[...]
- Te lo dije.